Una célula flexible de fabricación automatizada, un hogar de entramado semiesférico, una taquilla conectada a la nube, unos peluches amigos de los niños, han sido algunos de los proyectos galardonados en esta edición del Premio Nacional Don Bosco en el que la innovación y la tecnología se han puesto al servicio de la mejora de la sociedad.
Tras la visita a la exposición de proyectos de la Consejera de innovación, investigación y universidad del Gobierno de Aragón, Pilar Alegría, el Director de la Obra Salesiana de Zaragoza, Fernando Miranda y el Vicario Inspectorial Salesiano, Ángel Asurmendi, han presidido el acto de entrega de los premios de la 31ª Edición que ha dado comienzo en presencia de representantes de empresas y otras autoridades en el teatro del centro Salesiano de Zaragoza.
“Cada edición me vuelvo a sorprender de la originalidad, la calidad, el esfuerzo, son proyectos sorprendentes en los que llama mucho la atención la relación calidad-edad, pues son jovencísimos pero sus proyectos son de un alto nivel” explica Eduardo Marco, director del Colegio Salesiano de Zaragoza.
En total han sido catorce los premios fallados en esta 31ª Edición del Premio Nacional Don Bosco, repartidos entre las tres áreas industrial, comunicación y ciencias y los premios especiales, que han otorgado la Escuela de Ingeniería y Arquitectura y la Facultad de Ciencias de la Universidad de Zaragoza, el Rotary Club, y la empresa Festo; además del premio especial otorgado por el Ministerio de Defensa.
Más vivo que nunca ha estado presente el espíritu del salesiano Mario Rubio, fundador de este Premio, a la hora de entregar el II Premio Mario Rubio que en esta ocasión ha recaído en Pilar de Yarza, presidenta editora de Heraldo, por su contribución y apoyo a estos premios durante tantos años. Hizo entrega del galardón el actual director del Premio Don Bosco, Fernando Miranda junto a José Luis Longas premiado el pasado año.
Tras unas palabras del director de la casa Salesiana de Zaragoza, Fernando Miranda, se han entregado los premios de esta edición al proyecto Kyfy consistente en un peluche amigo de los niños del Colegio Guadalimar de Jaén, un traje capturador de movimientos titulado bMiMiC de Salesianos Los Boscos de Logroño, una taquilla con cerradura elctrónica titulada LockBox del IES Zubiri Manteo de San Sebastián, entre otros.
A continuación el vicario inspectorial, Ángel Asurmendi, tomó la palabra y recordó el compromiso de Don Bosco con los jóvenes y como ese compromiso se ve reflejado en estos premios que llevan su nombre. “Don Bosco con su ímpetu fue quien empujó a los jóvenes de los talleres de Turín a labrarse un futuro mejor, de igual modo tantos profesores animan a los centenares alumnos que se han presentado al Premio. Admiro a estos profesores, también al salesiano iniciador Mario Rubio por la gran idea que tuvo de crear este certamen con el que se contribuye a crear un mundo más humano”.
Durante el acto, tres jóvenes emprendedores han participado en el coloquio ‘Los sueños, si se trabajan, se pueden hacer realidad. Ven y verás’ haciendo referencia a la campaña inspectorial. Uno de ellos en su discurso ha citado al salesiano con el que empezó este Premio, diciendo: “Mario Rubio, me dijo una vez que todos tenemos dentro un espíritu emprendedor que hay que regar como una planta para que crezca”.
Jorge Amores, alumno de Salesianos Triana, señala que “gracias al Premio he aprendido la diferencia de un buen programador y un buen programador que sabe venderse, he aprendido muchísimas cosas que pueden servir en un futuro, además de la experiencia de convivir tres días compartiendo inquietudes con chicos y chicas de otros centros de España”.
Para finalizar, el secretario técnico general de Educación, Cultura y Deporte, Felipe Faci, quiso felicitar a los premiados y en especial a las alumnas y profesoras en el Día Internacional de la Mujer, “por su entusiasmo y empeño por cambiar y mejorar la sociedad”, con lo que se clausuró la 31 edición y se proclamó la 32 Edición del Premio Nacional Don Bosco para el año 2019.
Otro momento destacado de esta edición ha sido la conexión en directo con la Base Gabriel de Castilla, en La Antártida, para conocer los proyectos de investigación que los militares están desarrollando ayudados por un equipo de investigadores.
Además del 7 al 8 de marzo los alumnos de Bachillerato y Secundaria del centro que organiza el Premio han participado en una Feria de la Ciencia, donde han participado y han presentado diversos proyectos de científicos adaptados a todas las edades.
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