Pequeños Héroes: humanización de la sala de juegos de la planta de pediatría del nuevo hospital de Salamanca

18 agosto 2021

CRISTINA OTERO

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El Proyecto Pequeños Héroes se presentó hace unos días en Salamanca. En él están implicados 8 jóvenes, de entre 24 y 28 años de la ciudad.

El Proyecto Pequeños Héroes se presentó hace unos días en Salamanca. En él están implicados 8 jóvenes, de entre 24 y 28 años de la ciudad.

En la cuenta de Twitter de Cris Otero @crisoteme el pasado día 11 nos encontramos con este tuit:

 

Intrigados por la idea y el proyecto, conectamos con Cristina. Ella misma nos cuenta la experiencia.

 

Un grupo de amigos que no se limita solo a vivir

“Somos 8 jóvenes de entre 24 y 28 años acompañados de 2 salesianos cooperadores, que hemos crecido en torno a la espiritualidad salesiana.
En nuestras filas, hay desde profesores, arquitectos, opositores, hasta estudiantes universitarios”.

Sus nombres: Daniel Barba, Sergio Herraez, Pablo Garrido, Daniel García, José Carlos Ciudad, José Emilio Gómez, María Alonso y Cristina Otero.
Y los dos salesianos cooperadores que nos acompañan son Leví Gómez y Nacho Martínez.

Somos personas muy diferentes, pero todos compartimos una vocación de entrega. Lo positivo de un equipo tan diverso es que cada uno aporta algo distinto y único al proyecto.

Nuestros caminos se cruzaron hace mucho tiempo, unos nos conocemos de toda la vida, otros tropezamos con este grupo hace unos años, pero lo verdaderamente importante es que nos “encontramos”.

Mientras que unos nos conocemos del colegio, del barrio, lo que nos une a todos es el ambiente salesiano. Todos pertenecemos al mismo grupo de fe y somos voluntarios en centros juveniles de Salamanca, animadores de CJ Piza y de CJ Maux.

Ahí nace todo. En esos centros germina la semilla que nos impulsa a todos a darnos a los demás, ahí aprendimos un modo de vida, nos involucramos en la educación del ocio y tiempo libre de niños, adolescentes y jóvenes.

Es entre esas paredes donde supimos que nuestra vida no podía limitarse a ser vivida, sino que debía ser entregada.

Y desde el momento en que sentimos que sacar una sonrisa a un niño era el mejor regalo que podíamos hacer al mundo, no paramos de hacerlo.

La idea y la oportunidad

A finales de 2018 veíamos que nos faltaba algo, que a pesar de lo mucho que nos llena formar parte de nuestros centros juveniles, nuestra vocación, nos pedía más.

Por eso a principios de 2019 nos reunimos con Chema Blanco en Salamanca y empezamos a comentarle nuestras ganas de «hacer algo». Nos estuvo contando la labor que hacen desde la Fundación y nos empujó a crear un proyecto en Salamanca.

Y entonces nos lanzamos a buscar las necesidades de nuestra comunidad con respecto al desarrollo y la protección de la infancia, adolescencia y juventud. Contactamos con maravillosas asociaciones de Salamanca que están haciendo una labor increíble donde más se les necesita en ese ámbito.

Y de repente, como caída del cielo nos llegó información desde el hospital. Alguien nos habló de la nueva planta de pediatría del hospital en construcción, y tras comentarlo entre todos, supimos que habíamos encontrado nuestro proyecto.

El proyecto

El proyecto se encarga de la humanización de la sala de juegos de la planta de pediatría del nuevo hospital de Salamanca. Se busca crear un espacio que favorezca un ambiente agradable y personal donde pasar el tiempo sea sinónimo de una buena experiencia. Un lugar para que los niños que están hospitalizados lo disfruten con la misma alegría que en el patio de un colegio.

Como el hospital es nuevo, la Sala de Juegos era, en el momento de empezar el proyecto, un lienzo en blanco. Nosotros -y todos los que han colaborado- somos los que le estamos dando vida. O mejor dicho, entre todos haremos un espacio que sea capaz de “dar vida”.

Se trata de plantear un proyecto que refuerce la identidad de cada persona (niños y familias) y a la vez fomente las relaciones sociales. Generar espacios interactivos, adaptados y llenos de color, donde dejar hueco a la imaginación y creatividad de los niños. Se persigue favorecer un mayor grado de bienestar físico y psíquico durante la estancia de los pacientes pediátricos, adolescentes y sus familias, y poder contribuir con ello a una mejor recuperación.

Los apoyos

El papel que juega la Fundación JuanSoñador es fundamental pues aporta todos los recursos legales ante un proyecto de este calibre y asegura que todo se realice con la máxima transparencia. (Por ejemplo, con respecto a las donaciones).

Nuestras casas salesianas se han volcado con nosotros. Lo recaudado en la Carrera Popular Don Bosco organizada por el Centro Juvenil Pizarrales en enero de 2020 fue para el proyecto.

Tras este primer evento, el Centro Juvenil Maux organizó un concurso fotográfico, el Colegio María Auxiliadora creó mascarillas cuya recaudación fue destinada a Pequeños Héroes, todos se volcaron cuando sacamos el “merchandising” y muchos niños iban al cole con la pulsera o el boli del proyecto, las paredes del centro se llenaron de la niña con capa de nuestro logo…

El covid

La pandemia paralizó todo, estuvimos meses en pausa, todos los eventos y actividades programadas y las recaudaciones previstas se tuvieron que cancelar. Por eso ha sido difícil, tuvimos que reinventarnos y buscar la manera de llegar a la gente. Somos un proyecto muy nuevo y la gente aún no nos conoce, pero aún así hemos sabido salir adelante.

Objetivo cumplido, se abren otras ideas

Las obras en la sala comenzaron en junio y están prácticamente acabadas, quedan unos últimos detalles y la sala estará a disposición del hospital y los niños.

La sala se presentó hace unos días a la prensa, a la ciudad, en la presentación participaron también, junto con el equipo, el director médico del Hospital, Pedro Gómez de Quero y África Sánchez Martín, supervisora de enfermería del servicio de Pediatría, todos en la foto,

Ahora que vemos que nuestro principal objetivo está cumplido, nos surge el ¿y ahora qué? En principio la colaboración con el hospital es de dos años, por eso no descartamos que, si conseguimos recaudar más fondos, humanizar más espacios de la planta.

Ahora mismo estamos satisfechos con el trabajo hecho, son muchas horas de papeleo, trabajo, organización, diseños, cuentas, merchandising, redes sociales… Nunca imaginamos que fuera a ser tan complicado, pero lo volveríamos a hacer. Como solemos decir, más que merecer la pena, merece la vida.

Y al final Pequeños Héroes no se limita únicamente a este proyecto que estamos haciendo ahora mismo, ¿quién sabe a dónde nos llevará? Se trata de adquirir un compromiso con una acción social que evidencia nuestro sentimiento de sentirnos enviados a los demás. Es cierto que lo que nosotros hacemos es para provocar un cambio, pero también para crear una preocupación de cambio en nuestro entorno. Un movimiento impulsado por jóvenes que sienten como vocación entregar su vida. Por y para los más pequeños.

 

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