Rubén Ponce celebra su profesión perpetua en Cádiz

14 junio 2025

Salesianos Comunicación

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La Inspectoría Salesiana María Auxiliadora celebró en la mañana del sábado 14 de junio, en el Santuario de María Auxiliadora de Cádiz, la profesión perpetua como salesiano de Don Bosco en una eucaristía presidida por el inspector Fernando Miranda.

La Inspectoría Salesiana María Auxiliadora celebró en la mañana del sábado 14 de junio, en el Santuario de María Auxiliadora de Cádiz, la profesión perpetua como salesiano de Don Bosco por parte de Rubén Ponce Peña en una eucaristía presidida por el inspector Fernando Miranda, en la que estuvo arropado por el Consejo Provincial, numerosos Salesianos, familiares, amigos, miembros de la Familia Salesiana, y más de un centenar de jóvenes procedentes de diferentes presencias salesianas de España.

Bajo el lema «Mirándolo le amó y le dijo…(Mc 10,21)», el joven salesiano llevó a cabo la profesión perpetua como signo del compromiso de decirle sí al Señor para siempre. La profesión fue el acto por el que este joven se comprometió con Dios a vivir conforme a la vocación a la que se le llama: ser salesiano. En una eucaristía, rezando una fórmula para ello, Rubén prometió vivir en comunidad, ser obediente, pobre y casto, y dedicarse por entero a los jóvenes. Este paso se hace primero temporalmente y después de un tiempo para toda la vida. Cádiz fue testigo de esta profesión perpetua, momento en que el joven salesiano se comprometió con Dios para siempre siendo uno de los momentos más importantes de la vida de un salesiano.

Durante la homilía, el Provincial Fernando Miranda dirigió un mensaje en el que recordó a Rubén el sentido de este paso dado mediante la profesión perpetua. «Dios, desde tu mirada, mirará a los demás. Las tres lecturas de hoy enmarcan tu historia de vida que ha crecido en estos patios y en esta iglesia, junto a tu familia, tus amigos, tu centro juvenil y tantos salesianos. Dios fijó su mirada en ti y te nombró antes de nacer. Y tú, sin saber cómo ni por qué, comprendiste que Él te amó primero y sigue latiendo y bombeando con fuerza a través del Espíritu», destacaba en su mensaje para agradecer posteriormente el testimonio que dejaba entre los asistentes con su compromiso. «Jesús nos salva. Por eso nos llama a entregar su amor, especialmente entre tantos jóvenes que necesitan de nuestro compromiso, con escucha y acogida, siguiendo el estilo de Don Bosco que nace desde los arrabales de Turín», añadía sobre la importancia de echar la vista atrás y recordar la presencia de Dios en la vida a lo largo de los diferentes caminos que se recorren. «Hoy el Señor te dice que siempre estará a tu lado. No te olvides de ser testigo entre tus hermanos salesianos para llevar a otros jóvenes la Buena Noticia».

Esta celebración, tras la reciente ordenación de Javi Alcedo y Alberto Arteaga, y la primera profesión de Miguel Linde, se enmarca dentro de los actos finales del lema pastoral ‘Somos futuro’, y sirvió para dar gracias por el don de la vocación durante los distintos momentos de la ceremonia, como el rito de la profesión con la llamada al candidato, que contó con la presentación de Koldo Gutiérrez, director del teologado, el diálogo sobre el compromiso, la oración litánica, la propia profesión, con los salesianos Antonio Gil y Santi Muñoz como testigos, la bendición solemne, la acogida del nuevo profeso y la entrega del símbolo de la profesión perpetua.

Antes de finalizar, el joven salesiano quiso dedicar unas palabras de acción de gracias con un recuerdo especial para todas las personas que han jugado un papel clave en este proceso con un recorrido por tu trayectoria vital.«Doy gracias a Dios porque me ha traído hasta aquí desde que pisé por primera vez esta capilla junto a mi abuela. El mayor y más insuficiente gracias también para mis padres. No puede pasar este día sin que os dé las gracias porque, no solo me habéis dado la vida, también me habéis enseñado a poner a los demás por delante y a tener un amor incondicional. Gracias por ser como sois», expresaba emocionado con un recuerdo especial a su hermana, cuñado y resto de integrantes fundamentales hasta centrarse en todos sus amigos y presencias salesianas en las que compartió su vida junto a las Comunidades Educativo Pastorales. «Sois una buena muestra de lo que es la fidelidad en la vida. Gracias a la casa salesiana de Cádiz, en particular a todas las personas que la hacéis un signo de amor de Dios en medio de la ciudad», compartía recordando diferentes momentos vividos en sus patios para agradecer también a la gran familia de Sevilla-Bartolomé Blanco, Granada, Málaga, Valencia San Antonio Abad, Guadalajara o el Teologado de Madrid. «Gracias por seguir dando vuestra vida por los jóvenes fiel a vuestro estilo», reconocía junto a la entrega de tantos salesianos y hermanos que marcaron su vida. «Ojalá podamos seguir descubriendo juntos que quiere Dios para cada joven», concluía.

Con el canto del ‘Rendidos a tus plantas’ y las tradicionales fotos de familia finalizaba la eucaristía en la que se vivió un día de fiesta y acción de gracias.

Desde la Inspectoría María Auxiliadora se comparte la alegría de la profesión perpetua de Rubén Ponce como salesiano, expresión definitiva de su deseo de vivir como religioso al estilo de Don Bosco, dando gracias a Dios que sigue llamando a sus hijos para llevar su mensaje de amor a los jóvenes, sobre todo a los más pobres.

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