“Ser bueno no consiste en no cometer ninguna falta, sino en saber enmendarse”. Esta frase de Don Bosco acompaña la ilusión, ganas de reencuentro y la firme convicción de que los jóvenes necesitan grandes dosis de amor, atención y orientación. Por esa razón, un grupo de educadores de la Fundación Don Bosco en Jaén y antiguos animadores del Centro Juvenil DOSA, acompañados por el salesiano Pepe González, pusieron en marcha una iniciativa con los antiguos alumnos presentes en el centro penitenciario Jaén II.
Este encuentro mensual con los internos que han pasado por los distintos proyectos de la Fundación Don Bosco es una iniciativa que, poco a poco, se va consolidando a través de sesiones formativas en el centro penitenciario. El objetivo principal propiciar momentos de reencuentros con la Fundación a través de antiguos educadores para aprovechar dichos encuentros para impartir la formación y el aprendizaje iniciados en otro tiempo, teniendo como base el cariño, la fraternidad y la fe.
Una muestra de esta dinámica pudo verse el pasado sábado 3 de marzo
durante la celebración del segundo encuentro con los internos. En esta sesión se dieron claves para la resolución de conflictos, uno de los temas propuestos por el grupo de voluntarios dentro de la programación prevista. Durante los próximos meses se abordarán temáticas tales como la toma de decisiones, el proyecto de vida, las necesidades y la afectividad, entre otros temas.
«Los internos han acogido la iniciativa con un gran interés hasta el punto que, nos ha pedido, que las secciones sean mas frecuentes y no solo una vez al mes», explica Pepe González. “El pasado debe ser maestro del futuro, decía Don Bosco. Esta idea nos anima a recibir a los internos, sesión tras sesión, con los brazos abiertos, el corazón alegre y la razón puesta en un futuro digno para los chavales», añade el salesiano.
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