Este año la entidad PROiNFANTS inicia una nueva colaboración en Barcelona con la Fundación Magone, financiando un proyecto pionero de educación emocional en el centro abierto Martí Codolar de Horta, con niños y jóvenes en riesgo de exclusión social.
Raúl Lerones, que comparte la dirección de la Fundación Magone y de Plataforma de Educación Social Martí-Codolar (que pertenece a la congregación Salesiana), explica la importancia de trabajar las emociones.
¿Quienes son los beneficiarios de la Plataforma Martí-Codolar?
La plataforma Martí-Codolar está ubicada en el Distrito Horta-Guinardó de Barcelona, y trabaja preferentemente en los barrios de La Clota, El Carmel, Teixonera, Montbau y Horta.
La mayoría de las personas que atendemos en el centro están en situación de riesgo social o ya excluidas socialmente. Desde madres maltratadas con bebés, pasando por niños, adolescentes y jóvenes, hasta población adulta derivada de Servicios Sociales con paro estructural. Por lo tanto, podemos decir que el nivel socioeconómico es bajo o muy bajo.
¿Por qué podemos decir que el proyecto de educación emocional es pionero en la ciudad de Barcelona?
Creo que somos el único Centro Abierto de Barcelona ciudad, y me atrevería a decir de Cataluña, que gracias a PROiNFANTS, tiene una financiación para todo el curso para llevar a cabo este modelo psicológico; de hecho la propia administración, donde ya ha sido presentado el proyecto, quiere estar muy pendiente de los resultados obtenidos a nivel de prevención.
Nuestro modelo apuesta por implicar a la marcha ordinaria educativa la ayuda psicológica. Este modelo quiere ofrecer la ayuda psicológica desde la propia entidad en coordinación externa con la Red Mental de Salud Pública.
¿Por qué es necesario este trabajo en educación emocional?
En el Centro se detectan muchos casos de niños y niñas con depresión, angustias que perduran demasiado en el tiempo, traumas, miedos, neurosis infantiles, brotes psicóticos, etc. Y es vital la prevención, a fin de no cronificar los diferentes trastornos.
¿Cómo se trabajará el proyecto?
Hemos escogido 30 niños y jóvenes con los que se trabajará en diferentes líneas de acción. En el centro abierto se realizarán talleres quincenales para que los niños y niñas aprendan a manejar sus emociones. Cuando el equipo educativo detecte un caso donde la respuesta educativa es insuficiente, se derivará al especialista en desorden emocional. También habrá un trabajo con familias, un seguimiento de los casos, y una supervisión del mismo equipo educativo del centro abierto, porque están sometidos a mucha presión ya menudo aflora angustia y culpabilidad.
¿El proyecto puede ayudar a mejorar la integración escolar a los niños y jóvenes?
Es evidente que en todo proyecto educativo individualizado se trabajan las competencias personales, las básicas y las técnicas. Si mejoramos sus competencias personales (que están muy desordenadas por motivos obvios) mejoraremos sus competencias básicas y técnicas. Es decir, si conseguimos minimizar el malestar psíquico presente en muchos niños y jóvenes, mejoraremos su bienestar emocional y, por tanto, su madurez personal. Esto se reflejará en una mayor atención, concentración y, sobre todo, su motivación en la escuela.
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