El 8 y 9 de marzo estaba programado en el calendario del Jubileo de la Esperanza el dedicado al Voluntariado. El cardenal Michael Czerny, delegado por el Papa Francisco, presidió la Misa por el Jubileo del Mundo del Voluntario, y leyó la homilía del Papa, que alaba la «generosidad y compromiso» de los voluntarios que ofrecen esperanza a la sociedad.
Aunque el Papa Francisco no pudo presidir la Misa, el Cardenal Czerny transmitió su mensaje, en el que agradece a los voluntarios por seguir el ejemplo de Jesús y llevar esperanza a la sociedad. En su homilía, el Papa reflexiona sobre la importancia de enfrentar las tentaciones con la certeza de que «Jesús no nos abandona».
Miles de voluntarios acudieron, en la mañana del domingo 9 de marzo, a la Basílica de San Pedro para participar en la Santa Misa con ocasión de su jubileo y escuchar la homilía que el Papa Francisco tenía preparada para la ocasión y que pronunció, en su lugar, el Cardinal Michael Czerny, Prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, encargado de presidir la celebración.
Como viene siendo habitual desde que el Papa ingresó en el Hospital Policlínico Gemelli de Roma el pasado 14 de febrero, en estas celebraciones le sustituye el responsable del dicasterio más vinculado con el grupo que celebra el año santo.
Mas de 25.000 peregrinos
Durante el fin de semana se concentraron en Roma más de 25.000 peregrinos procedentes de más de 100 países. Entre ellos, por citar sólo los más representados, casi 15.000 voluntarios provienen de Italia, de los cuales 5.000 de los grupos Misericordie, 4.000 de la Protección Civil y 800 de Caritas italiana. De España llegaron 124, de los Estados Unidos 123, de Brasil 85 y también estuvieron presentes grandes grupos de Polonia, Argentina, México y Colombia, además de delegaciones de países como Australia, Chile, Ecuador e India.

El sábado 8 de marzo, los peregrinos pertenecientes a diversos grupos, organizaciones sin ánimo de lucro y organizaciones de voluntariado de todo el mundo, tuvieron la oportunidad de hacer, entre las 8:00 y las 17:00, su peregrinación a la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro y l de recibir el Sacramento de la Reconciliación en las iglesias jubilares.
Ya por la tarde tuvieron lugar los “Diálogos con la ciudad”, encuentros de carácter cultural, artístico y espiritual en varias plazas de Roma. En la Piazza Risorgimento, la fundación Focsiv propuso actividades de sensibilización. También el Movimiento por la Vida, dió a conocer sus iniciativas, En el interior de la Basílica de San Salvatore in Lauro, la Protección Civil dio a conocer el servicio que realiza en las ciudades italianas y, al exterior de la misma Basílica, los grupos Misericordie ofrecerieron servicios de prevención sanitaria. Shelterbox Italia Onlus, Aps Il Sorriso los voluntarios de IAD Bambini Ancora y otras asociaciones realizaron diversas actividades durante todo el fin de semana por la capital romana.
Para los dos días del Jubileo de los voluntarios, el CSV Lazio y el Forum del Terzo Settore Lazio han promovido la apertura extraordinaria de las sedes de una decena de Asociaciones, para acoger a los peregrinos con iniciativas de sensibilización y animación.
Eucaristía de Clausura
El domingo 9 de marzo, a las 10:30, S.E. el Cardenal Michael Czerny S.I., Prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, presidía la Celebración Eucarística en la Plaza de San Pedro y leía la homilía que el Santo Padre había preparado para este evento.
En su homilía, el Santo Padre agradecía a los voluntarios por seguir el ejemplo de Jesús: “ustedes sirven al prójimo sin servirse del prójimo” y por propagar esperanza en toda la sociedad: “Por las calles y en las casas, junto a los enfermos, a los que sufren, a los presos, con los jóvenes y con los ancianos, su entrega infunde esperanza en toda la sociedad”.
Después, reflexionó sobre el inicio de la Cuaresma invitando a seguir a Jesús en su paso por el desierto. Francisco explica que en este entorno Jesús enfrentó la tentación, una lucha espiritual que, aunque universal, no es ajena a nosotros. Así, el Papa nos recuerda que, al igual que Él, también nosotros somos tentados, pero con una diferencia: “no estamos solos”: “Con nosotros está Jesús, que nos abre la senda a través del desierto. El Hijo de Dios hecho hombre no se limita a darnos un modelo en el combate contra el mal; sino mucho más aún, nos da la fuerza para resistir a sus asaltos y perseverar en el camino”.
Después, el Papa detallaba las tres características esenciales de la tentación de Jesús y también de la nuestra y cómo éstas ofrecen la clave para nuestro propio camino de conversión en esta Cuaresma.
El inicio de la tentación de Jesús
El Papa reflexionó sobre la diferencia entre la tentación de Jesús – que la enfrenta por su filial disponibilidad al Espíritu del Padre – y nuestras tentaciones – que nos son impuestas y corrompen nuestra libertad. En su homilía, el Papa recuerda que Dios, a través de Jesús, está siempre con nosotros para ayudarnos en momentos de prueba:
“El Señor está con nosotros y nos cuida, sobre todo en el lugar de la prueba y del recelo, es decir, cuando se alza la voz del tentador, que es el padre de la mentira, corrompido y corruptor, porque conoce la palabra de Dios, pero no la entiende. Más aún, la distorsiona”.
El modo con el que Cristo es tentado
El Papa Francisco destacó como el diablo intenta dividir su relación con Dios, proponiéndole pruebas perversas, pero Jesús responde con fidelidad al Padre: “Frente a estas tentaciones Jesús, el Hijo de Dios, decide de qué modo ser hijo. En el Espíritu que lo guía, su decisión revela cómo quiere vivir su relación filial con el Padre”.
“A nosotros el diablo también nos tienta. Susurrando a nuestros oídos que Dios no es verdaderamente nuestro Padre, que en realidad nos ha abandonado” pero a pesar de esas tentaciones, “Dios se acerca más a nosotros, dando su vida para la redención del mundo” explica el Santo Padre.
“Jesús, el Cristo de Dios, vence al mal”
En la homilía se presentaba El Papa el tercer aspecto – el desenlace de las tentaciones – asegurando que, aunque Jesús vence al mal en el desierto, “su victoria definitiva se alcanza en la Pascua de muerte y resurrección”. “Nosotros – en cambio – frente a la tentación, algunas veces caemos; todos somos pecadores” dice el Papa “pero la derrota no es definitiva, porque Dios nos levanta de cada caída con su perdón. Nuestra prueba, por tanto, no termina con un fracaso, porque en Cristo somos redimidos del mal”.
Mensaje del Ángelus
El Papa Francisco ofreció desde su piso en la décima planta del Policlínico Gemelli, _donde está hospitalizado por una neumonía bilateral_ un mensaje claro: “Necesitamos el milagro de la ternura que acompaña a la prueba”.
No ha olvidado a los médicos, a los voluntarios, al personal de la Curia, a los pueblos en guerra. Está el mundo en su pensamiento, siempre.
En la noche del dolor, la necesidad de ternura
En su prolongada hospitalización, el Papa da gracias por la atención de los trabajadores sanitarios:
«Y mientras estoy aquí, pienso en tantas personas que, de diversos modos, están cerca de los enfermos y son para ellos un signo de la presencia del Señor. Necesitamos esto, el «milagro de la ternura», que acompaña a los que están en la prueba, aportando un poco de luz en la noche del dolor».
Más allá de la lógica del beneficio, el voluntariado es un signo de esperanza
El tiempo y las capacidades puestas a disposición por quienes se comprometen en el mundo del voluntariado son otro motivo de gratitud por parte de Francisco: despiertan la esperanza, dice. Y vuelve a las palabras clave: ternura y cercanía.
«En nuestras sociedades demasiado esclavizadas a la lógica del mercado, donde todo corre el riesgo de someterse al criterio del interés propio y de la búsqueda del beneficio, el voluntariado es profecía y signo de esperanza, porque testimonia la primacía de la gratuidad, de la solidaridad y del servicio a los más necesitados».
Seguir apelando a la paz: » que se ponga fin a la violencia en Siria»
Y mientras se une espiritualmente a la Curia Romana que entra en la semana de los Ejercicios Espirituales, el Pontífice exhorta a vivir la Cuaresma como «un tiempo de purificación y renovación espiritual, un camino de crecimiento en la fe, la esperanza y la caridad». Continúa, como hace puntualmente cada día, pidiendo oraciones por él mismo, asegurando las suyas también por las naciones en guerra, a las que no deja de mencionar:
«Juntos seguimos invocando el don de la paz, en particular en la atormentada Ucrania, Palestina, Israel, Líbano y Myanmar, Sudán y la República Democrática del Congo. En particular, me he enterado con preocupación de la reanudación de la violencia en algunas partes de Siria: espero que cese de una vez por todas, con pleno respeto de todos los componentes étnicos y religiosos de la sociedad, especialmente los civiles».
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