La Inspectoría salesiana María Auxliadora vivió en la tarde del 9 de junio las ordenaciones sacerdotales de José Carlos López Barba (Úbeda, 1985) y Daniel Aitor Peña Trapero, (Madrid, 1989), dos jóvenes salesianos que estuvieron arropados por los inspectores Ángel Asurmendi y Juan Carlos Pérez Godoy, numerosos familiares, amigos, miembros de la Familia Salesiana, Salesianos, Salesianas y una amplia representación de jóvenes procedentes de diferentes presencias salesianas de España.
La Basílica de María Auxiliadora de la capital hispalense acogió la celebración presidida por Monseñor Juan José Asenjo, Arzobispo de Sevilla, que en su homilía destacó el regalo extraordinario que hace el Señor a los jóvenes sacerdotes, sus familias y a la Familia Salesiana. «Os ha llamado, ha pronunciado vuestro nombre y os ha elegido para haceros luz. Va a estar junto a vosotros en esta aventura magnífica que arranca en esta tarde respondiendo con las palabras del Salmo 138: te doy gracias porque me has escogido», comentaba. Posteriormente invitó a los jóvenes salesianos a asumir el papel de pastores del rebaño de Dios y aceptar con agrado la misión que pronto recibirán a través de los superiores. «Vais a ser pastores de un rebaño que no es vuestro sino del Señor. Cuidadlo con esmero, es muy valioso. Sed pastores siempre de buena gana, ligeros de equipaje pues os basta el zurrón y el cayado, y por supuesto el corazón apasionado del Señor. Haced como Don Bosco, dad gratis lo que habéis recibido gratis, caminad siempre a la cabeza del rebaño como modelo de la comunidad, como pastores que primero hacen y después predican, pastores que salen a las afueras donde hay tantas ovejas sin norte y sin pastor; sed aquellos que conocen a sus ovejas, las guías, las cuidan y dan la vida por ellas como Jesús. Sed pastores amigos del jefe, de esos que cada mañana, en el silencio de la oración, pidan que le marquen la ruta y la vereda», compartía.
La celebración, enmarcada dentro de los actos finales de la campaña Ven y verás escogida por la inspectoría salesiana para poner durante el curso la mirada sobre las vocaciones, con los distintos momentos de la ceremonia sirvió para comprobar cómo es posible dejarse interrogar para que, como en el Evangelio de Juan, quedarse a vivir.
Antes de finalizar, los jóvenes salesianos quisieron dedicar unas palabras de acción de gracias con un recuerdo especial para todas las personas que han jugado un papel clave en este proceso. «Gracias a nuestras familias, que han sido y son signos del gran amor en nuestra vida, gracias a nuestros amigos que comparten con nosotros nuestra felicidad, gracias por la Iglesia, gracias a la Congregación y a la Familia Salesiana porque desde pequeños al entrar en las casa salesianas de Úbeda y Ronda el manto de María Auxiliadora nos protege», compartían emocionados.
También tuvieron palabras de agradecimiento para el testimonio de todas esas personas que se han entregado con alegría y cercanía por la educación y evangelización, Salesianos y seglares, que han sabido ser Don Bosco. «Sin esa mediación de Dios no estaríamos hoy aquí, gracias a todos los que nos han acompañado y nos acompañan, gracias a nuestras comunidades del Teologado de Atocha, de Antequera y de Málaga por todo lo compartido y vivido juntos. Gracias a la Inspectoría María Auxiliadora, a Ángel, a Cristóbal y al Consejo Inspectorial, que nos han apoyado. Gracias a la Inspectoría Santiago el Mayor, a Juan Carlos y su Consejo. En Madrid nos hemos sentido bien acogidos y acompañados», comentaban.
Y por supuesto hubo un recuerdo especial para todos esos jóvenes que han marcado esta ruta. «Gracias por la vocación, desde que iniciamos camino en Granada y fuimos descubriendo un itinerario de felicidad en nuestra vida. Gracias Señor, por los jóvenes, con ellos hemos recibido el impulso para seguir en este camino. Gracias por los salesianos, animadores, profesores, educadores, jóvenes y niños de las casas de Málaga, Parla, Atocha, Domingo Savio, Alcalá de Henares, Utrera, Badajoz, Mérida, Burgos, Genzano, Granada y Cádiz, y por tanto animadores y jóvenes de la inspectoría María Auxiliadora y del Movimiento Cristo vive con lo que hemos compartido encuentros y campamentos», recordaban para concluir la celebración.
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