Haití, rodeados de violencia y sin comida ni agua ni combustible

21 septiembre 2022

Misiones Salesianas

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Los misioneros salesianos han sufrido ataques y saqueos en el centro de Gonaives y muestran su decisión de continuar junto a la población.

“La población roba para comer. Todo está cerrado. Estamos rodeados de violencia y no hay agua, ni combustible ni comida. La situación es insostenible y vivir en Haití se ha vuelto imposible”, explica un misionero salesiano desde Puerto Príncipe.

Barricadas en las calles, manifestaciones, saqueo de bancos y comercios, escasez de agua y combustible… Nada se salva de la violencia y el caos que reina en el país: ni las empresas públicas ni las privadas ni las organizaciones internacionales ni tan siquiera las congregaciones religiosas. La población pide en la calle la dimisión del primer ministro por querer triplicar el precio del combustible.

Si esta medida entra en vigor producirá un incremento de los precios del transporte y de los productos de primera necesidad en un país donde más del 40% de la población sufre inseguridad alimentaria y casi cinco millones de personas necesitan ayuda humanitaria.

La población deambula por las calles en busca de agua, ya que el precio de los carburantes y los cortes de carreteras impiden el paso de los camiones y su reparto. Esta situación desesperada ha obligado al cierre de bancos y comercios para evitar los asaltos y saqueos.

En los últimos días, las instalaciones de Cáritas, las del Servicio Jesuita al Refugiado y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) resultaron atacados. La Escuela Técnica Salesiana de Gonaives también sufrió el viernes el robo de todo lo que encontraron los asaltantes. “Es la obra más pobre que tenemos en el país y robaron todo, incluso toda la ropa de los salesianos. Se han quedado sin nada porque no pueden salir de la casa. Hasta las placas solares y las baterías que instalamos hace años para ahorrar combustible se las han llevado”, explica un misionero.

El terremoto de 2010 sumió al país en una pobreza extrema de la que no se ha recuperado. La crisis económica, la imposibilidad de controlar la violencia callejera, la pandemia, el asesinato del presidente el año pasado y las tormentas tropicales han sumido a la población en una situación de emergencia humanitaria continua.

A esta situación desesperada que sufre la población hay que sumarle la violencia y los secuestros que se producen casi a diario en el país. Por este motivo, miles de personas han abandonado sus hogares en los últimos meses para desplazarse a zonas menos pobladas y más seguras.

Desde Misiones Salesianas nos unimos a la petición de diálogo y de paz de los misioneros salesianos en Haití, que han expresado su convicción de “quedarnos en el país para seguir al lado de los más necesitados para contribuir a la recuperación con la educación de las nuevas generaciones”.

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