La Familia Salesiana sigue actuando para llevar ayuda humanitaria y para acoger a las personas que se marchan de Ucrania. Muchos testimonios están aflorando en Ucrania y en los países vecinos desde las presencias salesianas. A continuación, publicamos algunos de esos testimonios que muestran el gran ejemplo de trabajo, disponibilidad, solidaridad y acogida, como hiciera Don Bosco con sus muchachos del Oratorio en el siglo XIX.
En Eslovaquia
Los Salesianos de la casa “Mamá Margarita” de Drienica, en Eslovaquia, acogieron a 47 menores ucranianos, junto a cinco educadores, pertenecientes a la casa familiar de los salesianos en Leópolis (Ucrania). El trayecto lo realizaron en un autobús en los primeros días tras estallar el conflicto.
María, una de las educadoras ucranianas que acompañan a los niños, contó a una radio eslovaca algunos de los momentos difíciles antes de la partida de Leópolis: “Pasamos la última noche en el sótano de nuestro edificio. Por la mañana, don Mykhajlo Chaban (Superior de la Visitaduría de Ucrania) nos dijo que partíamos. Mientras hacíamos las maletas, tuvimos que resguárdanos en el sótano un par de veces, porque sonaban las sirenas antiaéreas. Todo fue muy rápido y solo me di cuenta de lo que estaba pasando una vez que me senté en el autobús”.
Desde la llegada a Eslovaquia, los jóvenes se han integrado en las actividades de los oratorios de las ciudades en las que ahora viven. Van a la escuela y estudian eslovaco. Los más pequeños se reúnen todos los días en el Oratorio de Presov, donde dos educadores ucranianos trabajan con ellos hasta la tarde. Después, las familias que los han acogido vienen a recogerlos.
Otras historias de solidaridad salesiana se están sucediendo en este país. Las Hijas de María Auxiliadora, después de escuchar a un misionero eslovaco en Odesa, dieron su disponibilidad a estar presentes en la frontera con Ucrania, recibiendo a madres con sus hijos. Tres salesianas pasaron el tiempo de sus vacaciones escolares dando ese servicio.
En Michalovce, la parroquia salesiana preparó un albergue disponible las 24 horas del día. Los salesianos, todas las tardes, van a recoger a personas refugiadas a la frontera y llevarlas al lugar de hospedaje. Allí pueden tener un lugar donde calentarse, lavarse o descansar. “En las primeras semanas venía gente que tenía familiares o amigos en Europa. En cambio, ahora, hay muchos que no saben a dónde ir”, comenta don Marián Peciar, Delegado de Comunicación Social de la Inspectoría de Eslovaquia.
En Trnava, los Salesianos Cooperadores abrieron su propio centro para refugiados, con 100 camas. Ofrecen tres comidas al día, programas dedicados a los niños, cursos de eslovaco, asistencia en asuntos administrativos y, si los refugiados deciden quedarse en el país, orientación para encontrar alojamiento estable y un trabajo.
Presov, ciudad al norte de Kosice y muy próxima a la frontera con Ucrania, donde están presentes los salesianos, se ha convertido en un punto estratégico para recibir las ayudas humanitarias que varias entidades salesianas europeas están recogiendo y enviando hacia Ucrania. En una nave enorme, los salesianos coordinan la recepción de ayuda humanitaria y después la envían a Ucrania, donde otros salesianos las distribuyen según las necesidades, incluso a pueblos remotos donde otras organizaciones no logran llegar.
En Polonia
Los Salesianos en Polonia ya han hospedado a más de 500 refugiados y están trabajando para ofrecer otras 600 camas, dependiendo sobre todo de los recursos económicos. Alojan a mujeres y niños.
Una de esas personas refugiadas es Ladomila, una joven ucraniana, acogida por los Salesianos en Varsovia, madre de una niña pequeña, Malina. Ladomila intenta que la huida con su hija de Ucrania no sea una tragedia, sino una gran aventura. Malina, con 9 años, está asombrada por todo lo que está conociendo: un país nuevo, mucha gente a su alrededor y manifestaciones de cariño y solidaridad que no sabe interpretar. “¿Nos hemos vuelto famosos?”, le preguntó a su madre en varias ocasiones.
El testimonio de Malina y Ladomila, recogidos por Alberto López, enviado a Varsovia por la Procura de Misiones Salesianas de Madrid, habla de la gran labor que los salesianos polacos, y no solo estos, están haciendo por los ucranianos que huyen de la guerra.
Otro testimonio recogido por Alberto López es el de Lydia, otra refugiada ucraniana en Polonia, que narra la bienvenida que le ofrecieron los voluntarios polacos: “Apenas llegamos, nos preguntaron qué necesitábamos, nos ofrecieron de todo, nos dieron todo, nos ayudaron en todo… nunca los olvidaremos”. Lydia llegó a Varsovia con sus hijos procedente de Dnipro, tras cuatro largos días de viaje. “Hay más gente buena de la que uno piensa y en estas situaciones se ve claramente, porque hacen todo con el corazón”, dice.
República Checa
La Inspectoría salesiana de República Checa está dando cobijo actualmente a 200 personas refugiadas de Ucrania, la mitad son niños. El país centroeuropeo ya ha recibido dentro de sus fronteras a unos 213.000 refugiados.
“Les proporcionamos alimentación, orientación social básica y los alojamos en habitaciones, ya que hasta ahora no ha sido necesario utilizar gimnasios o salones”, dice don Vojtech Sivek, Vicario y Delegado de Pastoral Juvenil de la Inspectoría checa. “También ofrecemos actividades en los oratorios, con programas específicos para niños ucranianos, y colaboramos con profesores y psicólogos de idioma ucraniano, para que logren conseguir empleo”, finaliza.
La ayuda desde España
La Familia Salesiana de España sigue trabajando en la ayuda humanitaria a Ucrania. La Inspectoría Santiago el Mayor (SSM) canaliza su ayuda económica a través de la campaña “Emergencia Ucrania” que Misiones Salesianas puso en marcha días después del comienzo de la guerra. La Inspectoría María Auxiliadora (SMX) pide colaboración por medio de la ONGD Bosco Global y su campaña “Emergencia Ucrania”. Y también las Salesianas de España gestionan esta ayuda a través de sus tres ONGD (Madreselva, Vides y VidesSur). Si quieres colaborar, pincha en alguno de estos enlaces:
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