Esta décima edición, tras las celebradas en Valencia-San Antonio Abad, Utrera, Villena, Barcelona-Horta, Sevilla-Trinidad, Málaga (por partida doble) y Barcelona-Martí-Codolar, se desarrolló de nuevo en la presencia valenciana de la calle Sagunto para reunir a los asistentes alrededor de la figura del Inspector y celebrar un encuentro de familia entre comunidades.

En la apertura de Jordi Lleixà, delegado de Pastoral, destacó que ‘esta cita sirve para agradecer aquella primera semilla sembrada y acompañada desde hace 125 años en la ciudad, además de otros puntos del territorio inspectorial’. «A lo largo de tantos años y momentos encontramos rostros, testimonios, historias y personas que nos hablan de entrega, generosidad, amor a los jóvenes y confianza en Dios y en la Auxiliadora. Estamos agradecidos por tanta vida entregada, que adquiere rostro en todas las personas que a lo largo de estos años han escrito esta historia», explicaba sobre el sentido de este encuentro. Posteriormente llegaron las palabras de Santiago Muñoz, director de la casa salesiana anfitriona, que daba la bienvenida a los asistentes. «Este día nos inspira a seguir adelante con pasión y compromiso», compartía.

Muchos de los participantes acudían a este encuentro tras compartir durante los días previos la reunión de directores en Godelleta, por lo que la fiesta se vivió como la guinda a unos días de familia que culminaron con este homenaje a diecisiete salesianos que cumplen 25, 50 y 75 años de ordenación sacerdotal o profesión religiosa y a las casas de Ciutadella, Montilla, Rota y Martí-Codolar que celebran sus 125 ó 75 aniversario.

Los asistentes pudieron visionar diferentes piezas audiovisuales que situaron el evento en el contexto de las diferentes efemérides y llevaron a los asistentes a un recorrido por 1999, 1974 y 1949. Posteriormente, los homenajeados tuvieron ocasión de recoger el aplauso y el reconocimiento de la comunidad inspectorial.

«Vamos creciendo, vamos acumulando experiencia, pero todos vamos configurando ‘lo que somos’ y lo que Dios ha soñado que seamos. Gracias a Dios, gracias a vosotros, los sdb y a los laicos presentes en este día, a los que nos siguen desde la distancia. A unos y otros que llenan de sentido la labor que se realiza en cada casa. Sois el rostro de un sueño que cada día se hace más grande con la ayuda y protección de la Auxiliadora», explicaba.

A la conclusión se puso el broche a la jornada con la tradicional  foto de familia frente a la fachada del reloj que preside el reconocido patio salesiano.

Tras este acto fraterno cargado de emociones comenzó la solemne eucaristía, presidida por el propio Inspector y acompañado por un nutrido grupo de concelebrantes que estaban encabezados por los hermanos que celebraban sus aniversarios y el Consejo Inspectorial. Este momento se aprovechó para presentar a los jóvenes salesianos en formación que, tras escribir su carta, en este acto se les acogía oficialmente en el prenoviciado.