Los Salesianos reafirman su compromiso por la acogida a los migrantes y los refugiados

26 septiembre 2019

Salvi Macías / Daniel Díaz-Jiménez

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La Congregación se suma a la celebración de la Jornada Mundial del Migrante y Refugiado, que la Iglesia celebra este domingo, 29 de septiembre.

‘No se trata solo de migrantes’ es el lema de la Jornada Mundial del Migrante y Refugiado 2019, que celebra la Iglesia este domingo, 29 de septiembre. El objetivo de esta jornada es sensibilizar sobre la acogida a las personas migrantes y refugiadas que «no son un peligro, sino una ayuda que nos enriquece», como recuerdan los obispos de la Comisión Episcopal de Migraciones en su mensaje para la jornada. También se reclama que se traten de erradicar y prevenir situaciones de vulnerabilidad o la desatención de los derechos humanos.

El Papa Francisco, en la carta que escribió para convocar esta jornada, explica que el lema de la campaña significa «que al mostrar interés por ellos, nos interesamos también por nosotros, por todos; que cuidando de ellos, todos crecemos; que escuchándolos, también damos voz a esa parte de nosotros que quizás mantenemos escondida porque hoy no está bien vista». Al fin y al cabo, nuestra voz también es refugio, como expresaban las Plataformas Sociales Salesianas en la última campaña para el Día de las personas Refugiadas.

Ante esta realidad, la Coordinadora Estatal de Plataformas Sociales Salesianas y sus entidades trabajan en acompañar los procesos de acogida e integración de las personas migrantes y solicitantes de protección internacional en España. Principalmente se acompaña a niños, niñas, adolescentes y jóvenes, muchos de ellos no acompañados, pero también desarrollan programas para atender a sus familias y a adultos especialmente vulnerables. Actualmente, las Plataformas Sociales Salesianas atienden a más de 30.000 personas migrantes y alrededor de 500 solicitantes de protección internacional o refugiados.

En las diez entidades que forman la Coordinadora se trabaja con estas personas a través de proyectos que responden a las necesidades específicas que presentan, como las situaciones legales, la falta de vivienda, el duelo migratorio, el arraigo o la lengua. Algunos de estos proyectos son programas educativos extracurriculares para la compensación de desigualdades, proyectos de apoyo a la regularización de la documentación, itinerarios de inserción laboral específicos, hogares de acogida, apoyo psicológico, acciones de promoción de la no discriminación y de mediación intercultural, proyectos de fomento de la participación de las mujeres migrantes, acciones de promoción de hábitos saludables, proyectos de parentalidad positiva y proyectos de información, orientación y asesoramiento jurídico.

Especialmente, destaca el programa de acogida integral de jóvenes de 18 a 26 años, solicitantes de protección internacional y refugiados. Durante 2018 se han atendido a 38 jóvenes solicitantes de protección internacional procedentes principalmente de Guinea Conakry, Afganistán, Siria y Palestina. Del total de solicitudes presentadas, solamente una ha sido aprobada, habiéndole reconocido el estatus de protección subsidiaria y el resto continúan pendiente de resolución.

Las comunidades salesianas abren sus puertas
Aparte del trabajo de las Plataformas Sociales Salesianas, los Salesianos en España han abierto las puertas de sus comunidades para acoger a las personas migrantes necesitadas de un techo, una alimentación y unos estudios. Existen obras salesianas en las que se han habilitado algunas estancias para la acogida, separadas de las comunidades salesianas, en las que los salesianos ofrecen atención diariamente. Es el caso de la residencia salesiana de Martí-Codolar, en Barcelona.

Pero también están las casas salesianas en las que los salesianos y los migrantes conviven en el día a día. Esta situación se vive en las casas salesianas de Deusto (Bilbao), Burgos y Bartolomé Blanco (Sevilla). En esta última casa, conviven cuatro salesianos con jóvenes en proceso de discernimiento vocacional salesiano y jóvenes extutelados en grave situación de exclusión, todos ellos migrantes, procedentes principalmente de países africanos. Mientras residen con los salesianos, los jóvenes migrantes aprenden a convivir en comunidad y aprovechan para estudiar bien el idioma español y cursar estudios que les permitan abrirse al mercado laboral y tener una independencia en el futuro.

El salesiano Ángel Rodero, director de la casa salesiana de Burgos, explica cómo es el día a día de estos jóvenes junto con los salesianos: «Esta experiencia de comunidad surgió hace seis años, cuando esta casa salesiana se encontraba en Fuentecillas, y continuó desde hace cuatro años en Parralillos. Los jóvenes migrantes viven con nosotros en la comunidad: compartimos el desayuno, la comida y la cena, y también las tareas de la casa; el último domingo de mes, rezamos juntos. De los seis, cinco son musulmanes y uno cristiano, pero no católico. Cada uno de ellos tiene su ‘propio proyecto’, que revisamos todos los meses con cada uno de ellos. Actualmente viven con nosotros dos de Senegal, dos de Ghana, uno de Marruecos y otro de Guinea Conakry. Cada uno de ellos participa en un proyecto que tiene dos vertientes, una formativa y otra prelaboral. Lo primero es el conocimiento del castellano, para lo cual, dependiendo del nivel que tengan, o bien van a clases de castellano a Atalaya –Asociación que trabaja con migrantes, formada por cinco congregaciones religiosas entre la que estamos los Salesianos–, o bien, si tienen buen nivel de castellano, se matriculan en la Escuela de Adultos, para estudiar la ESO o las Competencias Básicas. Igualmente todos ellos realizan talleres de formación prelaboral: para camareros, cocineros, pintores… O bien en la Fundación Juan Soñador, perteneciente a los Salesianos, o en la Fundación Lesmes e incluso en Atalaya…».

El proyecto tiene ‘fecha de caducidad’ por el bien de los jóvenes: «Nuestra intervención termina cuando el joven no ‘entra’ en el ritmo y el estilo de nuestra casa o, por el contrario, cuando consigue su objetivo, que es un trabajo por un año, condición marcada por la ley para obtener el permiso de trabajo, una vez conseguida la prolongación del permiso de residencia en España. En esta tarea de conseguir el permiso de residencia y de trabajo, también acompañamos a los jóvenes migrantes. Normalmente, cuando salen de aquí, es con una oferta de trabajo, pero algunos han salido antes de tiempo por no ‘encajar’ en nuestra propuesta», matiza Rodero.

«Es una gran suerte y riqueza estar compartiendo tiempo y casa con los jóvenes que están con nosotros. Tanto ellos como nosotros nos llevamos el haber compartido la amistad de todo este tiempo», afirma Juan Carlos Conde, salesiano encargado del Proyecto Zuen Etxea, en Deusto (Bilbao). La comunidad salesiana acoge en la actualidad a cinco jóvenes marroquíes, todos ellos mayores de edad. Ellos se quedan con un agradecido recuerdo de los salesianos: «Como decía alguno de los chicos que pasó por el proyecto: ‘Gracias a Don Bosco, tenemos una casa donde poder dormir y comer; si no, a saber dónde estaríamos'», añade Conde. Y sentencia: «Para estos jóvenes, este tiempo con nosotros es como un ‘oasis’ donde poder retomar con más calma su vida y seguir luchando por ese sueño que por diferentes motivos no pueden conseguir en sus lugares de origen».

Por la dignidad de las personas migrantes
En los días previos a la Jornada Mundial del Migrante y Refugiado, las Plataformas Sociales Salesianas quieren sellar el compromiso por la acogida y la inclusión de todas aquellas personas migrantes, solicitantes de protección internacional y en situación de vulnerabilidad de la sociedad: Por ello, se piden a sí mismas, a los miembros de la Familia Salesiana, a todas las personas cristianas, a los gobiernos locales, regionales y central y a la ciudadanía en general que se garanticen los medios necesarios para defender los derechos y la dignidad de las personas migrantes.

Con esta jornada, la Coordinadora Estatal de Plataformas Sociales Salesianas quiere sumarse a la defensa del cumplimiento de los Derechos Humanos y responder al desafío planteado por las migraciones contemporáneas, acogiendo, protegiendo, promoviendo e integrando como sugiere el Papa Francisco.

Poniendo en práctica todo esto, «promovemos el desarrollo humano integral de todas las personas y también ayudamos a la comunidad mundial a acercarse a los objetivos de desarrollo sostenible que ha establecido y que, de lo contrario, serán difíciles de alcanzar», explica el Papa. Asimismo, desde las Plataformas Sociales Salesianas animan a toda la sociedad, como ya hicieron con la campaña ‘Tu voz también es refugio’, a que den un paso al frente por estas personas, dando su voz para combatir noticias falsas y mentiras y para construir una sociedad mejor, más fraterna, más justa y más solidaria, donde sea reconocida la dignidad de todas las personas.

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