El pasado fin de semana del 16 y 17 de noviembre tuvo lugar la reunión del Consejo Permanente del Movimiento Juvenil Salesiano (MJS) de España para crecer, compartir y seguir ‘soñando juntos’.
«¡Damos la bienvenida con alegría a nuestros nuevos integrantes! Y, con el corazón lleno de gratitud, agradecemos profundamente a Pablo Burgos, Pablo Osorio y Ángel Toboso por su entrega y servicio durante estos años», compartían sobre los cambios que se llevaban a cabo en esta reunión.
Entre los contenidos trabajados de la mano del Sínodo, se profundizó en la escucha de testimonios inspiradores de miembros del MJS que recordaron la importancia de centrar la mirada en los jóvenes. «También reflexionamos en pequeños grupos sobre nuestra identidad, finalidad y objetivos, buscando las mejores», añadían.
SOBRE EL MJS
Nació oficialmente en 1988, centenario de la muerte de San Juan Bosco. Sus orígenes se encuentran en el Movimento dei Oratori Giovanile Salesiano (MOGS), cuando en Italia, en la década de 1970, los jóvenes de los oratorios salesianos promovieron los primeros encuentros para compartir la experiencia de vivir el carisma salesiano. Como la participación en estos encuentros comienza a incluir no solo a jóvenes de los oratorios sino también de los diversos ambientes de los salesianos, el nombre se cambia a MJS (Movimiento Juvenil Salesiano, o MJS). En las décadas siguientes el movimiento creció y se hizo presente en las diversas obras salesianas repartidas por el mundo.
El MJS, como movimiento educativo ofrecido a todos los jóvenes para convertirlos en sujetos y protagonistas de su crecimiento humano y cristiano, con impulso misionero, capacidad de participación activa en el entorno y de inserción y apoyo a la Iglesia local, propone una espiritualidad basado en cinco núcleos:
- Espiritualidad cotidiana, un lugar donde los jóvenes reconocen la presencia de Dios y experimentan su propia realización personal.
- Espiritualidad de alegría y optimismo en la vida cotidiana, sin renunciar al compromiso y la responsabilidad.
- Espiritualidad de la amistad con el Señor Jesús, de la que nacen los motivos de esperanza en la vida.
- Espiritualidad de comunión eclesial, ámbito natural de crecimiento en la fe, a través de los sacramentos y la devoción mariana.
- Espiritualidad de servicio responsable, a través de la colaboración activa con los más desfavorecidos.
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