Tras la muerte el pasado 25 de mayo del afroamericano George Floyd a manos de un policía blanco en Mineápolis, Estados Unidos, se han producido hasta el momento infinidad de manifestaciones contra el racismo y actos vandálicos por una gran cantidad de ciudades del país norteamericano.
Ante esta situación tan compleja, coincidiendo con la de la pandemia por el coronavirus que ha afectado con más de cien mil fallecidos en Estados Unidos, los Salesianos de la Inspectoría de Estados Unidos Oeste han emitido un comunicado para condenar enérgicamente el racismo que aún impera en la sociedad y también las muestras de violencia en las calles en estos últimos días.
A continuación, publicamos el comunicado:
Junto con los educadores y los laicos que comparten nuestra misión, los Salesianos de la Inspectoría de Estados Unidos Oeste condenan todas las formas de racismo.
Estamos indignados por los horribles actos, las intolerables violaciones de la dignidad humana y la pérdida de vidas que se han producido en las últimas semanas; la pérdida de otros hermanos y hermanas afroamericanos que solo demuestran que el pecado del racismo sigue existiendo en nuestro país.
Al igual que nuestro fundador, Don Bosco, educamos y acompañamos a los jóvenes, que a menudo se encuentran marginados por una sociedad que no escucha sus voces. Los rostros de George Floyd, Ahmaud Arbery, Breonna Taylor, Christian Cooper y muchos otros reflejan a nuestros estudiantes, sus familias y nuestros colegas. Hemos escuchado historias similares antes. Hemos visto cómo el racismo ha devastado el tejido de nuestra comunidad. Así como Don Bosco no se quedó mirando, tampoco nosotros podemos volver nuestra mirada a otro punto. No podemos permanecer al margen, ni podemos ser indiferentes y mucho menos estar en silencio. El respeto por la vida de todos los jóvenes, sus familias y nuestros colegas nos llama a la acción.
Desafiamos a nuestros líderes comunitarios y gubernamentales a que dejen de lado las diferencias y trabajen para hacer cumplir las leyes, las políticas y las instituciones que conducirán a una verdadera mejoría y a un cambio radical. Afirmamos nuestro compromiso de educar a los jóvenes para que sean agentes de diálogo y protagonistas en la creación de una sociedad más justa.
Nos solidarizamos con todas las personas de color, que injustamente son perseguidos y sufren discriminación étnica y racial, una discriminación que con demasiada frecuencia se expresa a través de la violencia.
Escuchamos el llanto de nuestros hermanos y hermanas frustrados e indignados. Nos unimos a ellos en su oración y protesta no violenta, para que nos ayuden a comprender y reconocer que necesitamos soluciones transparentes y adecuadas ante las atrocidades que niegan la dignidad humana.
Compartimos el dolor y rezamos por las vidas que se han perdido y consolamos a las familias que lloran su muerte. Seguimos escuchando y aprendiendo, celebrando la riqueza de nuestras diversas comunidades.
Creemos que el racismo es un problema de la vida. Guiados por el Evangelio y nuestra doctrina social católica, renovamos nuestro compromiso de trabajar juntos incansablemente para elevar las voces y las vidas de los marginados; buscando formas de amplificar las historias, experiencias y perspectivas de todos nuestros hermanos y hermanas. La defensa de los marginados, especialmente los jóvenes, es una parte integral de nuestra forma de educar. Unidos, mano a mano, sin importar nuestro camino de vida o fe, nos mantenemos unidos contra la opresión, especialmente en estos tiempos difíciles.
No más pecados de discriminación racista/cultural. Por lo contrario, como Don Bosco lo hizo, apoyemos a quienes más necesitan…… Dios es de todos!!!!!!