La guerra obliga a huir a 5.000 desplazados de Don Bosco Shasha en R. D. Congo

23 marzo 2023

Misiones Salesianas

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Más de 5,7 millones de personas han abandonado sus hogares por la violencia en el este de República Democrática del Congo.

«La situación en Goma es cada día más preocupante. El campamento improvisado de Shasha y todos los desplazados tuvieron que huir hacia otros lugares más seguros. Y también nos vimos obligados a evacuar rápidamente a los misioneros salesianos de la comunidad de Shasha», cuenta el misionero salesiano Honorato Alonso.

Los bombardeos en el este de la República Democrática del Congo continúan sembrando el caos entre la población. El uso de armas pesadas por parte de las fuerzas congoleñas ha desatado el pánico entre los desplazados que ocupaban los campos agrícolas de la obra salesiana Don Bosco Shasha, a 40 kilómetros de Goma. «La misa del domingo fue suspendida por el intercambio de disparos y el peligro para los desplazados, y miles de personas se vieron obligadas a huir», aseguran los misioneros salesianos.

La presencia militar en la casa salesiana para enfrentarse a las fuerzas opositoras obligó a huir, en medio de los bombardeos, a más de 5.000 personas desplazadas asentadas en Don Bosco Shasha. También abandonaron las instalaciones 415 menores y jóvenes que estaban en la escuela junto a 23 profesores. Poco después, los misioneros salesianos también abandonaron las instalaciones, por seguridad, y se trasladaron a Don Bosco Ngangi.

Más de 10 millones de personas que viven en la zona oriental afectada por la guerra precisan asistencia, pero las necesidades más urgentes afectan a 5,7 millones de personas desplazadas por el conflicto, 600.000 de las cuales se han visto obligadas a abandonar sus hogares en el último año.

En Don Bosco Ngangi los misioneros salesianos tratan «de ayudar a más de 26.000 personas desplazadas que se encuentran ocupando los campos de fútbol, y en especial a los menores que presentan signos de desnutrición avanzada», señala el salesiano Jean-Pierre Muhima, director de la obra salesiana.

«Necesitamos ayuda para estas personas desplazadas que llegan en una situación tan precaria. Hemos puesto grifos para que tengan agua, pero la mayoría improvisa un refugio con ramas de los plataneros y un plástico, pero los niños y niñas se enfrentan a dificultades extremas como desnutrición, falta de atención sanitaria y educación, además de un mayor riesgo de explotación y violencia», explica el misionero salesiano.

El dispensario médico de Don Bosco Ngangi se ha convertido en un hospital de emergencia para atender a miles de desplazados. El equipo sanitario cuenta con un médico, un técnico de laboratorio, un fisioterapeuta, un psicólogo clínico, dos dentistas y cinco enfermeras.

Desde Misiones Salesianas hemos enviado ayuda a los misioneros salesianos para atender a la población desplazada con comida, ropa de abrigo, kits de higiene y lonas para improvisar un refugio transitorio en los campos deportivos salesianos de Don Bosco Ngangi.

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