La Fiesta de la Comunidad Inspectorial 2022 muestra un corazón ‘lleno de nombres’

23 abril 2022

Salesianos Comunicación

l

La casa salesiana de Málaga abrió sus puertas el sábado 23 de abril para acoger a más de un centenar de participantes procedentes de las distintas presencias de la Inspectoría Salesiana María Auxiliadora y homenajear a una veintena de salesianos que cumplieron 25, 50 y 75 años de ordenación sacerdotal o profesión religiosa y las casas de Carmona y Jerez Torres Silva que celebraron sus 125 y 75 aniversarios.

La casa salesiana de Málaga abrió sus puertas el sábado 23 de abril para acoger a más de un centenar de participantes procedentes de las distintas presencias de la Inspectoría Salesiana María Auxiliadora en la celebración de Fiesta de la Comunidad Inspectorial 2022. Esta octava edición, tras las celebradas en Valencia-San Antonio Abad, Utrera, Villena, Barcelona-Horta, Sevilla-Trinidad, la propia casa de Málaga y la pasada edición on line, recuperó el formato presencial tras el esfuerzo organizativo realizado por las comunidades durante el 2021.

Muchos de los participantes acudían a este encuentro tras compartir durante la semana el desarrollo del Capítulo Inspectorial, por lo que la fiesta se vivió como la guinda a unos días de familia. La jornada comenzó con el acto conmemorativo que sirvió para homenajear a una veintena de salesianos que cumplen 25, 50 y 75 años de ordenación sacerdotal o profesión religiosa y las casas de Carmona y Jerez Torres Silva que celebran sus 125 y 75 aniversarios. 

Durante el acto, conducido por Fernando Miranda, Vicario Inspectorial, los asistentes pudieron visionar diferentes piezas audiovisuales que situaron el evento en el contexto de las diferentes efemérides y llevaron a los asistentes a un recorrido por 1997, 1972 y 1947. Posteriormente, los homenajeados tuvieron ocasión de recoger el aplauso y el reconocimiento de los participantes.

“Es un día para dar gracias a Dios por vuestras vidas. Hacéis realidad esa frase de Casaldáliga: “Al final del camino me dirán: —¿Has vivido? ¿Has amado? Y yo, sin decir nada, abriré el corazón lleno de nombres”. Vosotros los tenéis llenos de nombres y de rostros. Lleváis a mucha gente en vuestro corazón y por tanto, es una manera de llevar a Dios, que se identifica en todos los que habéis ido reuniendo a lo largo de la vida en los diferentes sitios en los que habéis estado”, con estas palabras iniciaba su discurso Ángel Asurmendi, Provincial de la Inspectoría Salesiana María Auxiliadora, que realizó un recorrido de gratitud para echar la vista atrás y ver cómo Dios va colocando las piezas vitales. “Habéis dejado mucha vida en la misión y con vuestro trabajo se ha construido nuestra inspectoría. Gracias a vosotros y a los que nos han precedido. En nombre de la Congregación y en nombre de los jóvenes queremos reconocerlo de esta forma en este día”, compartía para concluir su intervención. “Que sigáis siendo de Dios. Nos alegramos con vosotros y por vosotros”, concluía.

También tuvieron ocasión de disfrutar del fin de fiesta con la representación musical a cargo de los jóvenes del Centro Juvenil Francisco Míguez que trasladaron un mensaje lleno de optimismo: ¡Abrazamos la esperanza que renueva nuestra vida!

Tras la foto de familia, frente al monumento de Don Bosco y al pie del mapamundi salesiano, comenzó la solemne eucaristía en el Santuario de María Auxiliadora, presidida por el Inspector acompañado por un nutrido grupo de concelebrantes encabezados por los hermanos que celebraban sus aniversarios.  A la conclusión se puso el broche a la jornada con una comida fraterna en la Casa Diocesana de Espiritualidad Beato Manuel González.

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


El periodo de verificación de reCAPTCHA ha caducado. Por favor, recarga la página.

También te puede interesar…

BlogsLas cosas de Don Bosco
El plumero

El plumero

El 8 de diciembre de 1841 Don Bosco se dispone a decir misa en la Iglesia de San Francisco de Turín. El sacristán, Giuseppe Comotti, golpea con el mango del plumero a un pobre aprendiz llamado Bartolomé Garelli. Don Bosco afea al sacristán su actitud. Llama amigo al muchacho e inicia con él su obra a favor de los chicos.